jueves, 26 de septiembre de 2013

Lecturas


No es que no nos guste la lectura (más bien al contrario), pero dado que pasear y leer a la vez es un ejercicio de riesgo, la literatura no ha sido un tema tratado en este blog, que yo recuerde. 

No sería la primera vez que no cumplo las normas que me di en su momento: si entonces no me sucedió nada malo, ahora también puedo librar. Así que una de libros.

De todos modos, el libro del que quiero hablar (poco, porque no nací para la crítica) no deja de ser un paseo por León, pues es fácil reconocer en él paisajes y toponimias y paisanajes que nos acercan a nuestra provincia. Se trata de 'El color de las hayas', de Epigmenio Rodríguez.



Epi es una persona culta, inquieta, curiosa y buena; ya ha publicado dos libros de paseos por la provincia (León sin prisa, I y II) y ha dirigido un corto, 'Las becicletas'.


Ahora se ha embarcado en una trilogía, y aquí está la primera parte. Es un libro que te atrapa en el primer capítulo y ya no te suelta (algo que cada vez me sucede menos a menudo; la última vez, con Dickens y sus papeles póstumos, antes con Ivan Doig, o con Robertson Davies...). Impactante, brutal, es un recorrido por un mundo rural áspero y violento, en el que a pesar de todo cabe (aunque poco) la ternura y el amor. En sus primeras páginas me acordé de un reportaje periodístico leído hace unos 30 años (cuando apenas sabía leer, ejem) sobre una familia que vivía en un pueblo de montaña, y que estoy seguro de que algo (si no la crónica, sí la historia) le ha servido de inspiración a Epi; de hecho se lo pregunté, pero me respondió algo así como 'je je'.

Nunca habría imaginado que pudiera tener enterrado en la memoria un texto leído en un diario (creo que en el Diario de León) hace tantos años.

Ganaderos, guardias civiles, caciques mineros, el cura, el médico y la prostituta;  una historia del mundo que, por la forma que está escrita, sería perfectamente trasladable a una película. 

En definitiva, que es un libro recomendable.

Y para desengrasar, las ingeniosas y trabajadas minihistorias de mi amiga Yolanda.



4 comentarios:

  1. ¿QUé no naciste para qué?, "amos, anda", TEndré en cuenta tu reseña. gracias.

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  2. Me ha recordado el trasfondo de mi adorada "Amanece que no es poco", sobre todo por los personajes...

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  3. Muchas gracias, José Luis. Un abrazo,
    Epi

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  4. Por fin has vuelto, largas han sido las vacaciones blogueras eh, bueno lo importante es que ya estás aquí y, como siempre, con unas entradas más que interesantes.
    Me encantó el corto: la construcción, el ritmo, los personajes..., y sobre todo el mensaje.
    Seguiré por aquí. Ah, muchas gracias por el enlace a mi blog. Me ha encantado.
    Un abrazo.

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